No es secreto para nadie que la capital de Inglaterra y Reino Unido es una ciudad rebosante de vida, parques y museos. Mismos que, a su vez, conforman numerosos rincones seductores, edificios simbólicos e impresionantes detalles arquitectónicos que emanan toda la historia de Londres.
Orígenes de la ciudad de Londres
Londres se originó en el año 43 dc, luego de la conquista romana. Sin embargo, algunos nuevos hallazgos demostraron que tal vez esta ciudad ya habría sido habitado desde la prehistoria.
Luego de sufrir las invasiones y devastaciones causados por los nórdicos, esta ciudad se transforma en residencia real y en un importante centro urbano para el país, gracias a la llegada de los anglosajones; de esta manera la ciudad empezó a progresar.
Fue entonces en el año 1067, cuando la ciudad comenzó a tener los mismo derechos que un condado, en esta misma época se construyó la Torre de Londres, que más tarde serviría de escenario para que Enrique VIII decapitara a una de sus esposas.
Entre los años 1189 y 1199, se da en la ciudad la monarquía del Rey Ricardo I, conocido como Corazon de Leon, quien declaró a Londres como una comuna autónoma.
Para el año 1215, Londres tuvo su primer alcalde; Henry Fitz Aylwin, quien obligó al rey a colocar su sello en la Carta Magna, reduciendo así los poderes de la monarquía.
Desde ese momento Londres se vio envuelta en una serie de acontecimientos que marcaron su historia, desde la aparición de la famosa enfermedad “peste negra”, la guerra conocida como Guerra de las Dos Roca y asesinato del rey Eduardo V.
A partir del siglo XIII, Westminster pasó a ser sede principal del Gobierno, desde ese momento empezaron a prosperar los comercios europeos; dándole a Londres, a su vez, un atractivo para designarla como capital del reino.
Londres una ciudad en crecimiento
Durante el siglo XIV Londres comenzó la distribución de mercancía a través de su puerto, pero no fue sino hasta el siglo XV cuando esta actividad se fortaleció, gracias a las potentes industrias textiles.
La ciudad siguió creciendo, lo que dio paso en 1665 a la expansión urbanística, aunque todavía gran parte de la ciudad continuaba dentro de los muros de la antigua ciudad.
Nuevamente en 1666 la ciudad se vio envuelta en una de las mayores tragedias, un incendio que devastó parte de la ciudad. Por consiguiente la ciudad necesitó reconstruirse.
La obra estuvo a cargo del ingeniero Wren, quien convirtió a Londres en el centro de la vida social inglesa, con sus múltiples edificaciones emblemáticas; entre las que destacan el Royal Society, construida en 1662 y el museo Británico, construido en 1753.
Asimismo, la fundación del Banco de Inglaterra en 1694 fomentó el crecimiento de la ciudad.
No obstante, la historia de Londres no acaba allí. Pues el desarrollo acelerado de la población ocasionó una serie de inconvenientes, como la epidemia de cólera en 1832 o la gran pestilencia de 1858, producida por los desagradables olores producidos por el Támesis; tanto así que se vieron forzados a suspender las sesiones del Parlamento.
El Condado de Londres, una unidad territorial autónoma, se formó como consecuencia de las necesidades administrativas de un centro de tanta actividad comercial en 1888.
Dicho condado estuvo segmentado en 29 unidades electorales (la ciudad y 28 jurisdicciones). No obstante, el desarrollo progresista superó los límites del territorio obligando de esta manera al área suburbana a un crecimiento rápido.
En el año 1953, el trono pasó a manos de la Reina Isabel II, el país ya había experimentado una verdadera mejoría económica; tanto que para 1960 Londres se consideró como un buen lugar para vivir.